El Servicio de Publicaciones de la Universidad de León pone a su disposición la edición facsimilar del CODEX BIBLICUS LEGIONENSIS, Biblia Visigótico-Mozárabe de San Isidoro de León del año 960. Con una tirada limitada, cada ejemplar se convierte en una pieza de valor incalculable, destinada a perdurar en el tiempo y a ser apreciada por generaciones venideras.
Identificación catalográfica.
El facsímil corresponde al manuscrito número 2 del Archivo Capitular de la Real Colegiata de San Isidoro de León. Se trata de una Biblia completa de 485 x 345 x 170 mm. 515 folios de pergamino, de dos columnas y 51 líneas. Letra minúscula visigótico-mozárabe. Contiene todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, con prólogos, comentarios y algunos otros textos extrabíblicos. Decorado con profusión de miniaturas a todo color con historias bíblicas, grandes letras iniciales, capitulares, etc. Obra de Florencio y Sancho, cuyos retratos figuran al final del códice. Fechado en el monasterio de Valeránica el 19 de junio del año 960. Se conoce este manuscrito en el mundo sabio con los títulos de Codex Gothicus, Codex Gothicus Legionensis, Gothicus Legionensis, Legionensis, Biblia Gothica, Biblia Visigótica de San Isidoro, Biblia de Florencio y Sancho, o con siglas técnicas, como Leg y Leg2 en reseñas y aparatos críticos.
Historia del códice.
Nos encontramos ante un manuscrito perfectamente datado, 19 de junio del 960. Conocemos el nombre de sus autores, el miniaturista Florencio y el calígrafo Sancho, que dejaron su “retrato”, por duplicado, acompañando a la gran letra OMEGA del colofón. Del presbítero Sancho poco más sabemos que su nombre. De su maestro Florencio poseemos referencias abundantes, que fue dejando, acá y allá, en los seis códices de que tenemos noticia, y siete cartas de donación que redactó como notario de los Condes de Castilla. Se le supone emigrado de la España del Sur y se le reconoce como el príncipe de nuestros calígrafos. Copió Florencio sus códices en el monasterio mozárabe de Valerónica, a las orillas del río Arlanza, protegido por la Torre de Omar, personaje evadido de la Mozarabía, que ha legado su nombre al actual caserío burgalés: Tordómar. El monasterio de Valeránica no sobrevivió al siglo X. Acaso desapareció en las incursiones de Almanzor. Tampoco sabemos cuándo llegó el códice al monasterio de San Isidoro de León. Presumiblemente lo donaron a su templo favorito los reyes leoneses Fernando I y su esposa Sancha (1037), anteriormente condes-reyes de Castilla.
Peculiaridades y valoración del códice.
Se le conoce como uno de los más raros y valiosos manuscritos medievales, materia de estudio para los especialistas y codiciado objeto de exposiciones internacionales. Son ya inabarcables las referencias, los estudios, la bibliografía, las tesis doctorales en los que se estudian los múltiples aspectos que encierran los folios de esta celebérrima Biblia y sus ilustraciones. Joya codicológica por la belleza de su caligrafía. Testigo de un texto anterior a la vulgata de San Jerónimo en sus abundantes notas marginales latinas. Desconcertante por su notación marginal árabe. La alucinante belleza de sus miniaturas donde aparece la vida social del siglo X en la España cristiana: templos, palacios, ajuar, atuendo civil y guerrero, arneses … y hasta el alanceamiento de toros. Todo se junta aquí en valores supremos: paleografía, historia, tradición, arte. Amplio campo para críticos del arte y de la transmisión bíblica. Afirmaciones que se pueden comprobar en el simple examen del volumen y confirman los sabios especialistas.
Las miniaturas.
Las más de cien historias bíblicas, la profusión de letras iniciales, los bellos trazos caligráficos de este códice lo colocan a la cabeza de todos los manuscritos bíblicos mozárabes. De él se ha dicho que es “en realidad la única Biblia mozárabe propiamente historiada”. El genio creador de Florencio abre rumbos nuevos al arte pictórico, conjugando, en síntesis sincretista, elementos procedentes del arte sasánida, visigótico e islámico, fusionándolos con importaciones nuevas de la cultura carolingia. En sus historias bíblicas cambia el rumbo del arte mozárabe. En ellas dialogan y se expresan los personajes con el lenguaje de los ojos: pupilas dilatadas moviéndose en amplios globos oculares blancos, manos grandes, dedos alargados y gesticulantes. Envuelto todo en un cromatismo sugeridor.
El Facsímil
El facsímil editado reproduce con exactitud el original de la Biblia Visigótico-Mozárabe. Hasta los más mínimos detalles aparecen en las copias, tales como orificios y deterioro de los bordes, cosidos, etc. Se ha conseguido la exactitud cromática en las tonalidades de las miniaturas y del pergamino. Para el proceso de fotografiado del original, se instaló un laboratorio de imagen en la misma Colegiata de San Isidoro. Miembros del ICRBC (especialistas mundiales en fotografía de libros antiguos) trabajaron para la consecución de las imágenes correspondientes a las 1.028 páginas del manuscrito original bajo los más estrictos controles de calidad y exactitud. Las separaciones de color fueron generadas en un escáner cilíndrico Day Nippon 8/88 último modelo configurado para su máxima resolución y absorción de colores. Todos y cada uno de los ajustes requeridos fueron comprobados utilizando el mismo papel que iba a servir para la impresión final del documento. La impresión se realizó en una máquina Heidelberg Speed Master. Se utilizaron 8 colores (doble cuatricromía u octacromía) en los pliegos que así lo requerían, con especial realce de los dorados, empleándose tintas de la máxima calidad y perdurabilidad. El control de impresión se llevó a cabo utilizando un control de bandas GRETA G, asegurando la máxima consistencia en el trabajo de impresión. El papel escogido para la estampación de tan bello manuscrito mereció un exhaustivo estudio previo por los técnicos y fabricantes. Se utilizó finalmente un derivado pergamínico especialmente diseñado y producido para esta edición por la multinacional italiana Fedrigoni en sus fábricas de Padova (Italia), con un volumen medio de 200 gramos por metro cuadrado, aunque se introdujeron variaciones que iban desde los 170 a los 230 gramos por metro cuadrado para lograr reproducir de forma fidedigna las características del original.
La encuadernación
Finalmente, la encuadernación se realizó de forma totalmente artesanal, cosida a mano con hilos crudos y cáñamo, lomo redondo y cabezadas de hilos y cuerda. Las tapas, cubiertas en flor de piel, se estamparon en seco con motivos de la propia Biblia. En las esquinas de ambas tapas lleva cantoneras de plata de ley y, como cierre, un broche también de plata.
Edición limitada
La edición está rigurosamente limitada a 600 ejemplares numerados del l al 600 con caracteres árabes, así como 40 ejemplares no venales numerados en cifras romanas. Todos ellos, autentificados uno a uno por el Abad de la Real Colegiata de San Isidoro.
Acompaña a la Biblia un volumen de estudios sobre la misma. En esta publicación, ampliamente ilustrada, un grupo de especialistas reconocidos a nivel mundial tratan exhaustivamente todas las particularidades del códice.
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