Esteticista, obsesivo y apasionado, Bernie Wrightson ha recreado las más variadas facetas del terror con guiones propios o de espíritus afines. Concibe sus imágenes como un espectáculo irreal, deseando que los espectadores puedan participar de lo que ven y reaccionar a distintos niveles ante la experiencia. Por ello afirmó en una ocasión: “Intento provocar otra respuesta que no sea el miedo: quizás justo lo contrario o quizás algo que lo complemente, aunque sean sentimientos opuestos”.